Un espacio de estudio y reflexión sobre el patrimonio arquitectónico de Carmen de Patagones y la zona de influencia.

martes, 2 de agosto de 2011

EL ADN DE NUESTRA RIBERA

La identidad robada de la calle J. J. Biedma


Cuando el 19 de junio de 1779 Francisco de Biedma decide trasladarse a la margen norte del Río Negro, debido a la inundación que sufrió en su primitiva localización, es probable que haya desembarcado en la zona de los muelles, lo que hoy conocemos como el muelle de lanchas, frente al museo y, el muelle Mihanovich frente al parque.  En ese mismo instante nació el pueblo de Carmen de Patagones.

En el plano levantado por Ambrosio Cramer en el año 1822  se puede observar cómo era Carmen de Patagones por esa época; el fuerte ubicado en lo alto del barranco y en línea recta hacia el río el embarcadero. Sobre la ribera se puede ver una línea de construcciones que parten desde el muelle hacia el “bañado”, ya por esos años, cuarenta y tres después de la fundación, comenzaba a conformarse la calle del muelle, hoy calle J. J. Biedma.  Unos metros más arriba se observa otra línea de construcciones conformando otra calle hoy denominada Mitre.
Este relevamiento topográfico confirma de alguna manera cómo se inició la conquista del territorio por parte de los primeros pobladores. Se ve claramente que el pueblo se articulaba entre el muelle y el fuerte, esta área estaba protegida de un lado por el río y del otro por el fuerte. No caben dudas que las actividades giraban en torno a este lugar y al “bañado” que era la zona de quintas.



Unos años más tarde, en 1829 el naturalista francés Alcide d’Orbigny visita Carmen de Patagones y realiza algunas descripciones y dibujos del pueblo, al observar uno de sus dibujos se puede corroborar lo descripto anteriormente. El muelle, en la falda del barranco, luego el caserío y arriba en la planicie el fuerte.




Sánchez Seschi en su Crónica Histórica de Carmen de Patagones, ya por el año 1852, realiza una descripción similar: “… podían advertirse siete  u ocho calles que desde la planicie bajaban al río, cruzadas por tres transversales que corrían a lo largo de la barranca …”  “… La tercera calle sinuosa y escarpada, servía de desembocadero a las que bajaban de la loma y al mismo tiempo de acceso al muelle sobre el río. En esta alzaba su silueta vigilante de los movimientos del puerto, el edificio de la receptoría de aduana. …”

María Cecilia Rivero de Gayone en su libro Reminiscencias Históricas dice:  … cuenta Don Eusebio Ocampo hablando de tiempos idos (1870 aprox): “… Las verdinegras alamedas y sauzales, dejaban ver los mástiles, las velas y la bandera azul y blanca…”  “…los buques llegaban al puerto, haciendo sus maniobras para atracar, tiraban sus amarras y el ancla para fondear…”   “… Los pasajeros seguían por la calle del muelle entre el gentío y las miradas de todos. Era la calle mas aristocrática de Patagones, la mas poblada y edificada, porque saliendo dos cuadras para arriba era pleno campo…”.

Otro viajero que visito El Carmen hacia 1870, George C. Musters decía: “… La calle más agradable de la ciudad es la calle que parte del muelle y almacén tierra adentro, costeando la base de la colina: allí, en una gran extensión de terreno bajo, que comienza a espalda de las casas del lado este del río, se han formado jardines, o quintas, llena de toda clase de árboles frutales y resguardado por una fila de altos álamos que orillan la ribera …”.
Cuando Musters hace referencia al muelle y almacén esta describiendo la casa de piedra, ésta era una construcción ubicada al lado del muelle, la misma estuvo en pie unos 30 años aproximadamente ya que con la inundación de 1899 desapareció todo vestigio de la misma.

 A la derecha, en primer plano, se ve la casa de piedra


El Arquitecto Alberto de Paula al hablar de la casa histórica del Banco Provincia dice “… se halla en lo que antaño fue uno de los puntos neurálgicos del centro histórico de Carmen de Patagones, ya que su posición enfrente al muelle y junto a la calle que subía hasta el fuerte, determinó que estuviera ligado activamente al devenir histórico de la ciudad, desde el momento mismo de su inicio.



Desde los primeros viajeros que describen la calle J. J. Biedma hasta los últimos se observa la misma coincidencia, ésta fue la arteria más importante de Patagones, y hoy, después de doscientos años, aun sigue teniendo su importancia. En todos los relatos encontramos más o menos las mismas descripciones y los mismos protagonistas, ellos son: los edificios, la calle y el puerto-muelle

Esta calle tiene una particularidad que la hace diferente, distinta a una calle urbana; está conformada de la siguiente manera: por un lado una línea contínua de edificios, y por otro lado, la ribera del río, los muelles y el Rio Negro. Esto es lo que la vuelve significativa y a la vez histórica y bella.



A pesar del tiempo transcurrido, y del empecinamiento de algunos en demoler, cambiar, alterar la fisonomía de esta calle, todavía sobreviven muchas cosas: los edificios de almacenes, de viviendas, de fondas, y el puerto que si bien cambió su función aun hoy mantiene el espíritu de antaño. Esta calle es el lugar donde hoy como ayer se encontraban los vecinos, los obreros, los visitantes, donde la ciudad latía, donde se unía con el río y con el mundo todo.



Si existe en Patagones una calle que resuma su historia, su vida social, esa calle es la J. J. Viedma y por ello debemos ser todos custodios de su preservación y evitar cualquier alteración.



Este sector no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las paredes de sus fachadas, en las cuevas de sus barrancas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas. (Las ciudades Invisibles, Italo Calvino).




¿Como es en la actualidad la calle J. J. Biedma?.  En una primera mirada del sector nos encontramos que la calle está unida a una parte del “parque Piedrabuena”, este sitio constituye un vacío urbano, una costanera que se ensancha para formar una especie de plaza o parque. Este ensanchamiento es progresivo, frente al muelle encontramos una costanera de no más de tres metros de ancho, frente a la casa Cagliero el ancho llega a los seis metros, luego, en la rampa de acceso al río comienza a ensancharse gradualmente. Posee dos límites muy bien diferenciados como son el río y su costanera al sur y la masa urbana consolidada hacia el norte. Es decir con un frente hacia el río que es abierto y liviano y una espalda a la ciudad que es cerrada y pesada.

Los otros dos límites laterales, no están tan bien definidos como los primeros. Al oeste la calle Pasaje del muelle y al este la gran medianera de la escuela Luis Piedrabuena Nº501 que no alcanzan a definirse como bordes bien consolidados.



Cualquier propuesta de intervención en esta área debería tener como objetivos:


  • Mantener y fortalecer el gran vacío urbano y consolidar los extremos antes mencionados.
  • Comprender el espacio en su totalidad pero a la vez ir descubriendo a cada paso situaciones nuevas. Mantener vivo lo misterioso que tiene el casco histórico.
  • Conservar las visuales largas sin interferencias fantásticamente tamizadas por los árboles. Que quien transite por la vereda del museo o por el lateral de la escuela Nº501,  pueda “VIVIR” el río.
  • Preservar y acrecentar la fisonomía portuaria que como se vio en el análisis histórico tanto caracterizó a Carmen de Patagones. Así como se arregló el muelle Miahanovich, también se debería restaurar el muelle Nacional, de esta forma se le devolvería al área la impronta que tuvo en épocas pasadas.


Es importante destacar que tanto el actual edificio de oficinas de turismo como el kiosco que antiguamente se encontraba en el mismo lugar, como así también los locales que sirven al servicio de lanchas, no hacen otra cosa que entorpecer y afear la visión de todo el sector. Por lo tanto si se removiera todo esto se posibilitaría la liberación de este mágico y maravilloso lugar.



Es indudable que el edificio para las oficinas de turismo se podría haber ubicado en otro lugar, quizás fortaleciendo los laterales antes mencionados como poco claros, uno sobre la gran medianera de la escuela 501, incluso aquí se podría haber planteado una buena confitería.  El otro lugar podría haber sido mas allá del muelle, donde nacía otrora la calle Estados Unidos, consolidando de esta manera el nacimiento del parque Piedrabuena y del futuro sendero peatonal costero.


 Oficina de turismo (en construcción)

El área donde la municipalidad instaló la oficina de turismo, donde además permitió y avaló la demolición de un edificio histórico, no hay dudas, es la más significativa de Carmen de Patagones, es el sector fundacional de la ciudad.

Lamentablemente estas intervenciones están cambiando la fisonomía de la calle, la autenticidad de la misma. El nuevo hotel es un edificio comercial de cuatro plantas, una falsificación histórica, muy lejos de la escala “doméstica” que caracteriza al Casco Histórico. Y la oficina de turismo, un edificio que alterará esa mágica relación que existía entre la línea edificada, la calle y  la ribera.


 Demolición del antiguo edificio


Que triste sería que dentro de algunos años nuestros padres, nuestros maestros, nuestros historiadores, nuestros guías de turismo nos cuenten la historia de este lugar mediante fotografías, dibujos, videos, porque fuimos tan irresponsables que le robamos la verdadera identidad a la calle, porque demolimos todo y construimos algo totalmente distinto.



El pueblo es quien debe custodiar, proteger, defender, amparar, asegurar, salvaguardar, preservar, resguardar, conservar, vigilar, cuidar, velar, su Patrimonio. Es inadmisible y hasta suicida dejar estas cuestiones en manos de quien circunstancialmente nos gobierna.